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"Cuanta más variedad haya en los perfiles de los exalumnos que se traigan al instituto, a más alumnos se llegará"

Entrevista

  • 25/11/2016

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Entrevista a Alba Rodríguez Pujol, Pedagoga en la editorial Magic Tales y coordinadora de centro en el Programa Èxit del Consorci d'Educació de Barcelona. Ganadora del tercer premio de la categoría Profesional 2016

¿Quién tuvo la idea de aprovechar la experiencia de los antiguos alumnos para orientar los nuevos?

Es una idea que he adoptado a lo largo del grado de Pedagogía, donde se insiste en que el mejor aprendizaje es el vivencial y aquél que se explica entre iguales a través de experiencias reales. Durante el instituto, estuve realmente perdida a la hora de escoger mis estudios postobligatorios. Simplemente me hubiera gustado poder hablar con alguien sobre todas mis dudas e inquietudes. Algunos de mis amigos y compañeros se encontraban en la misma situación, así que aproveché este proyecto para aplicar aquello más importante que había aprendido en cuatro años y convertir en realidad lo que de adolescente me hubiera gustado que pasara.

¿Qué es lo que mejor funciona de todo el proyecto?

Cuando el alumno de 2º de bachillerato contacta con el exalumno del instituto. Es un momento crucial. Se puede dar el caso que hablen durante horas a través del chat de Facebook o  WhatsApp, que se llamen, que queden para tomar un café o que se dé cuenta de que la carrera profesional que tiene en mente no es como pensaba. Ambas partes tienen en común un mismo interés y resulta más fácil que haya feeling. A todo el mundo le gusta hablar, y más cuando se trata sobre sus experiencias y sus méritos. La mayoría de los exalumnos han explicado con tanta pasión sus vivencias que ha resultado difícil que los alumnos de bachillerato no estuvieran más convencidos y/o tranquilos sobre qué estudiar.
Hay que recordar que el Pla d'Urgell es una comarca pequeña y que casi todos nos conocemos, ya sea de vista o personalmente. Los exalumnos han sido previamente escogidos a conciencia dependiendo de las características de cada alumno del instituto. Esto ha facilitado la eficacia.

En su propuesta comenta que a veces hay alumnos que se encuentran muy desmotivados y desorientados. ¿Cómo solucionan esta circunstancia?

Este es el verdadero reto del proyecto. En estos casos, la mayoría son alumnos que no manifiestan sus preocupaciones; de hecho, algunos no saben expresar lo que quieren en realidad porque realmente no lo saben. Lo idílico sería empezar con el proceso de orientación desde el primer ciclo de la ESO y hacer un seguimiento de cada alumno a lo largo de los cursos. Como no siempre se da este hecho, una vez llega 2º de bachillerato haría falta que el alumno en cuestión se sintiera apoyado, pudiera ver que no se acaba el mundo y mostrarle otras alternativas totalmente válidas y satisfactorias aparte de los estudios universitarios.

El proyecto aprovecha la red social Facebook para facilitar el intercambio de ideas y experiencias. ¿Se podría avanzar hacia otras redes, o no hace falta?

Por supuesto. Cualquier red social o plataforma online donde se pueda expresar opiniones y recibir feedback es totalmente válida para aplicar este proyecto. Hay que destacar que yo no escogí la red Facebook, fueron los propios alumnos quienes por unanimidad decidieron que sería la manera más fácil y rápida de contactar. Esto me lleva a concluir que es importante crear un espacio de confort y facilidad desde el primer momento y, sobre todo, hacer sentir a los alumnos que son los protagonistas, puesto que provocará una recepción más positiva hacia la propuesta.

¿Esta iniciativa se puede aplicar a cualquier centro o especialmente a los que están en zonas donde la oferta de estudios es escasa?

El hecho de traer exalumnos al instituto se puede aplicar a cualquier centro. Pero personalmente pienso que la verdadera eficacia se da cuando se aplica en las zonas donde la oferta de estudios es escasa. Dicho de otra manera, en las zonas rurales.

El motivo es que aumentan las dificultades a la hora de tomar una decisión cuando se acaba la etapa del instituto, respecto a las que tienen los alumnos y familias de las grandes ciudades. Es decir, los estudiantes de las  poblaciones de baja densidad tienen que tener en cuenta: si son bastante maduros para marchar de casa en caso de que quieran estudiar algo que la ciudad más cercana no oferte, si la familia le podrá pagar los estudios (puesto que comporta la matrícula, el piso, la comida, el transporte, etc), tener en cuenta si las titulaciones ofertadas cerca de casa son de su interés. En definitiva, si se está preparado para empezar una nueva vida. Todas aquellas personas que hemos pasado por la misma situación podemos empatizar a la hora de colaborar en esta iniciativa y el resultado que acontece es muy gratificante.  

¿Qué consejos daría a los equipos de orientación que quieran hacer lo mismo?

Los que desde siempre han sido buenos estudiantes probablemente lo conseguirán y tendrán iniciativa para buscar recursos e informarse sobre aquello que les interesa. En cambio, los estudiantes que no destacan o creen que no pasarán de curso son los que realmente necesitan apoyo.

Yo recomiendo que se tenga en cuenta ambos perfiles, es decir, hay que buscar exalumnos que académicamente tengan un buen recorrido y sobre todo intentar buscar exalumnos que en el instituto no han destacado (por ejemplo, repetidores), pero que una vez fuera han encontrado aquello que los motiva y por lo tanto, la felicidad. Cuanta más variedad haya en los perfiles de los exalumnos que se traigan al instituto, a más alumnos se llegará. Y para acabar, me gustaría recalcar el hecho de no desanimar nunca a ningún alumno si está convencido de estudiar algo "por encima de sus capacidades". La capacidad de cada cual sólo se sabe cuando se prueba.

¿Qué significa para usted haber ganado el premio Educaweb? ¿Cómo lo utilizará?

Significa una gran satisfacción personal. Es una manera de corroborar  que la idea que durante tanto tiempo divagó por mi mente era válida. Desde muy jovencita he pensando cómo ayudar a los otros para que no se encontraran en el misma situación de incertidumbre que yo en el momento de decidir qué hacer después del instituto. Así pues, en segundo de carrera tuve claro cómo sería mi Trabajo de Final de Grado. Además, he tenido la suerte de toparme con Pilar Figuera, tutora del proyecto, de la cual he recibido un acompañamiento, un apoyo y un aprendizaje muy valioso.

Lo utilizaré para continuar creciendo como orientadora y/o como profesional del sector. Apenas hace unos meses que me he graduado y todavía me estoy haciendo un lugar en el mundo laboral. Con este proyecto me gustaría demostrar que creo en la orientación y que tengo vocación.
 
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